EL DESASTRE DEL 98

LA GUERRA COLONIAL Y EL DESASTRE DE 1898

La primera etapa de la Guerra Colonial tuvo su origen en 1895, cuando los independentistas cubanos, con apoyo y financiación de Estados Unidos proclaman la independencia de Cuba con el Grito de Baire. Desde España se ponen en marcha distintas medidas tales como la “política de la mano de terciopelo” intentando llegar a un acuerdo con los independentistas, o la “política de la mano de hierro”, con esta política se  consiguió concentrar la población en campos de concentración y de esta forma impedir el apoyo a la táctica de la guerrilla. 

 

Durante la segunda etapa de la Guerra Colonial, que comenzó en abril de 1898, se produjo el hundimiento del acorazado “USS Maine”. Este se hunde en la bahía de la Habana e intensificó las tensiones entre España y Estados Unidos, hasta el punto de que Estados Unidos pidió y consiguió del Congreso el permiso para intervenir militarmente en la guerra. 

 

En diciembre de ese mismo año se firma el acuerdo de paz definitivo con el que se pone fin al conflicto: el Tratado de París. El Tratado de París establecía grados de independencia diversos para las colonias españolas y dio lugar a situaciones muy contrastadas. 

 

España perdió sus últimos territorios americanos y asiáticos a raíz de la firma del acuerdo. Además, sufre el desprestigio de la comunidad internacional. La nefasta gestión del conflicto por parte de España, la derrota y la terrible crisis interna que afecta a todos los ámbitos se conoce como el “el Desastre del 98”. 

 

La derrota en la Guerra Colonial abrió un debate sobre las responsabilidades políticas del conflicto y la necesidad de cambio. De hecho, la situación fue problemática en todos los frentes. 

 

En el frente demográfico, más de sesenta mil soldados españoles perdieron la vida y los heridos fueron pésimamente atendidos, muriendo de hambre, mutilados o con graves secuelas psicológicas. En cuando a la imagen del Ejército español, a pesar de que la responsabilidad era especialmente política, quedó muy dañada. 

 

En relación con la situación política, los partidos dinásticos perdieron prestigio y las críticas al sistema de la Restauración fueron cada vez más feroces. Surgieron también nuevos líderes tanto en el Partido Conservador, como Silvela o Maura, como en el Liberal, como Moret o Canalejas. 

 

Moralmente, existía la conciencia colectiva de debilidad, sentimiento de inferioridad, desmoralización e impotencia. Sin embargo, en el aspecto intelectual y literario, el desastre colonial influyó en la aparición de corrientes pesimistas, muy críticas que apelaban la necesidad de cambios drásticos. En este ámbito, apareció, por un lado, la corriente del Regeneracionismo, por otro lado, la Generación del ´98. 

 

La economía española se vio negativamente afectada. En primer lugar, los ingresos procedentes de la colonia cubana se perdieron, al igual el monopolio comercial español de productos como el azúcar de caña, el café o el tabaco. Cuba, que fue conquistada de manera definitiva en el siglo XVI, fue para España una posesión muy preciada, ya que a partir del siglo XIX se convirtió en la primera productora mundial de azúcar de caña. Pero ahora Cuba pasó a ser un protectorado, poniéndose fin a los grandes negocios (azúcar, café, cacao, tabaco) y a los mercados privilegiados de los que España se beneficiaba. 

 

En segundo lugar, España se vio obligada a incurrir en préstamos y aumentar la deuda pública para financiar la guerra, lo que afectó a las finanzas nacionales y creó presiones económicas adicionales. 

 

En tercer lugar, la balanza comercial española se inclinó hacia un déficit, dado que las exportaciones disminuyeron y las importaciones de productos coloniales dejaron de fluir hacia el país. 

 

Por último, la Guerra Colonial llevó a un aumento del desempleo, en especial aquellos trabajadores que estaban empleados en sectores relacionados con las colonias. Finalmente, el “Desastre del 98” impulsó el cambio de mentalidad hacia un pensamiento que buscaba reformas económicas y la modernización de España.